lunes, 19 de enero de 2015 0 comentarios

Silencio

Al final... ¿De qué sirven los antifaces y las mascaradas sociales?
¿De qué sirve sostener la cabeza de un muerto y darle vida al dragón caótico?
¿De qué sirven los pétalos muertos de una rosa que ya no está presente?

¿Por qué el silencio en una exposición llena de oyentes sólo para ti?
¿Por qué una página se puede transportar a distintos capítulos y releerse cuando no se desea ver más?
¿Por qué la ansiedad impide a la arena fluir con facilidad?
¿Por qué la mente no deja entrar?
¿Por qué la boca prefiere callar?
¿Por qué la inseguridad llena las venas y enfría el alma?
¿Por qué la desesperación no se va?
¿Por qué la estúpida cobardía impide al grito salir y volar?
¿Por qué el mar decide seguir en tempestad por un miedo clavado en ausencia de explicaciones?
¿Por qué los nervios ahorcan a los momentos bellos y reflejan un falso egoísmo que está lleno de sodio haciendo reacción con la vulnerabilidad?

Odio este caos. Odio mis miedos. Odio esta inmensa cobardía que me aleja de la verdad por no querer alzar la voz y preguntar con mayor decisión.

Odio seguir siendo un niño inseguro, carente de confianza, de cariño y valor a sí mismo.
Odio con todo mi corazón que los nervios me asfixien y que el propio odio que me tengo me consuma en una vorágine de problemas que aún no pasan, que aún no llegan y que quizá nunca llegarán.

Odio que un lago pueda hacer nublar un bello día.
Odio que tantas voces y acciones ajenas inmaduras hagan arder mi pasado, corroan mi presente y hagan temblar a mi futuro.

Quiero vivir aquí. Quiero vivir contigo.
Quiero disfrutar del amor sin temor y dejar que todo fluya sin tanto holocausto en mi mente.

Quiero que compartas conmigo tus inseguridades, tus miedos, tus tristezas, tus ansiedades...
Quiero saber que no soy el único que siente este caos que calla por cobarde...

Anhelo tus besos, tus caricias, tu afecto...
Quiero arroparte, pero que tú también me arropes y me hagas saber que todo está bien...

No quiero sólo un "No te preocupes" y demás máscaras.
Quiero escuchar tus verdades. Quiero escucharte a ti.

Quiero que te termines de abrir conmigo, así como yo lo hago contigo,
y me permitas entrar completamente.

Mis insomnios ya son crónicos.
Mi estómago duele por tanto nerviosismo.
No quiero que tu propia sombra te consuma como lo hace la mía.

Déjame ser tu luz que ahuyente toda tristeza y dolor.
Déjame ser tu calor que te arrope, que te aliente, que te abrace y nunca te suelte.
Déjame entender por lo que pasas y por lo que sufres en silencio.
Déjame ser parte de esto.
Déjame vivir en ti.
 
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